sábado, 26 de enero de 2013

El plan B

Después de sobrevivir a ese ficticio fin del mundo, llegó el 2013 y, con él, esta nueva entrada sobre planes alternativos. Y es que aún no se tiene por qué acabar el mundo.

En la entrada Matando mosquitos a cañonazos os hablaba del gran reto que tiene la Medicina por delante al quedarse sin "armas" eficientes para luchar contra las bacterias. En esta de hoy, quiero hablaros de una opción frente a los tradicionales antibióticos: los virus bacteriófagos.

Estos virus, como su propio nombre indica, son parásitos de las bacterias, a las que atacan de distintas maneras. Esto, ha inspirado la idea de que sean usados como alternativa para tratar infecciones de bacterias multirresistentes (es decir, aquellas que son resistentes a más de 4 tipos distintos de antibióticos).

Otra de las bondades de estos virus es que son muy específicos, por lo que no afectarían a la microbiota del enfermo, atacando únicamente a las bacterias diana.

No obstante, presentan un grave inconveniente: son eliminados rápidamente por el sistema inmunitario del enfermo.

Un diamante en bruto en el que habrá que seguir trabajando.

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